Domingo 28 de marzo de 2010, 8:00 de la mañana, nos encontramos en el Terpel, en el kilómetro "0" de Farellones, 25 malayos dispuestos una vez más a aceptar la invitación que nos hiciera el colorido Cerro Pintor para andar su sendero... y alcanzar cumbre. De verdad, en lo personal, me costó retomar la montaña después del terremoto, pero ya más resignada a lo "movida" que es nuestra "pachamama", he subido para compartir el ascenso en la mejor compañía: "Los Malayos". Con reloj en mano, luego de haber tomado el andarivel, Ignacio señala que es hora de comenzar la andanza.
El "licenciado Luna" con su mejor pinta y cara, sería señuelo... con ese color, fue mi señuelo al menos!
Y el andar a veces cansino, pero todo el sendero con un colorido que regalaba deleite a los ojos y un fresco aire de montaña, para limpiar la mente, el alma...
En el camino nos encontramos con tres personajes, dos malayos (Gus, venía bajando de su andanza de las 7:00 de la mañana) y una curiosa ave rapaz, que ni chistó cuando nos acercamos en las proximidades del refugio de la Universidad de Chile.
Con ustedes, el Sr. Pintor y una espontánea del grupo, sacando de las mochilas manjares y delicias para compartir en el almuerzo "malayo".
Almuerzo, que ameritaba siesta... o buen café con aroma de montaña (Alberto e Ignacio).
Licenciado Luna en mitad del chiste "del pollito" y el abrazo "Figueroa-Ramos".
La foto oficial del grupo y un abrazo al cerro el Plomo; que dicho sea de paso, por el terremoto se postergó el proyecto de ascenderlo para fines del 2010. Por eso es importante retomar el ritmo y entrenar!
Rostros malayos: Sole y Ricardo (el malayo iquiqueño).
De vuelta a la ciudad, luego de una jornada estupenda.
Ricardo y Nicolás, mis compañeros de andarivel!!
Una vista del regreso. Otra estupenda jornada, para dar inicio a una semana en la vida abajo... en la ciudad; mientras arriba, en cada jornada malaya, la montaña se engalana.
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