Domingo 29 de agosto, emprendimos vuelo a la Iquique para acompañar en una caminata exigente por la altura a Ricardo Bonacic, "malayo" transplantado para las tierras del norte. Viajamos desde la capital hasta el mismísimo Salar el día sábado en la tarde, pasando por el pueblo de La Tirana. Imágenes del recorrido... fue una jornada impresionante de colores.
Llegamos a la casa de la familia Lucas, la única familia que vive en el sector, quienes tienen un refugio, el cual justo el fin de semana recibía a un grupo de estudiantes secundarios por una actividad educativa del Proyecto Conciencia. Como no había espacio en el refugio para turistas, don Pedro (el dueño de casa) nos albergo en un "refugio autóctono de la zona": su casa.
Y el domingo... a dejarse impresionar por la intensidad del cielo, que ya nos había regalado una noche llena de estrellas y por la impresionate blancura del camino a los cerros del otro lado del salar... horas caminando a 4.000... uf!
No es Kung Fu... es Ricardo Bonacic!
La andanza a unos 32º bajo ese sol impetuoso...
Poca vegetación, pues el salar era un humedal, o poco queda de humedal, ya que las mineras están arrasando con las napas de agua subterránea. Y la foto oficial del grupo, posando con la bandera de la "República Independiente de Magallanes".
Como me veía mucho más alta de lo que soy, me congelé en esta acuarela y a lo lejos flamencos del salar... Un espectáculo!
Todo el tiempo fuimos testigos de la generosidad de la naturaleza, con sus colores, olores y silencios... un verdadero regalo, buena compañía y grata andanza. Una jornada malaya un poco más al norte de la Región Metropolitana.
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