jueves, 13 de enero de 2011

Cerro El Plomo, Valle Nevado, Región Metropolitana, 5.440 msnm
Con gran satisfacción puedo reportar que hemos logrado el objetivo: ¡la cumbre del Plomo!

Claramente, ha sido un objetivo logrado en comunidad, no podía ser de otra forma... junto a mis amigos malayos y cordada de expedición: Gabriela Barriga, Edgardo Duarte, Eliana Rojas, Felipe Navarrete y Francisco Varela. La aventura se realizó entre el 6 y el 9 de enero de 2011. ¡Una empresa con "altura de miras" para comenzar el año!

El clima pintaba inestable, sólo nos encomendamos a la "pachamama" para lograr cumbre. Algunas espontáneas del inicio de la expedición.




Y el clima fue intenso camino a Federación, nos llovió, granizó, hubo frío, viento y nieve. Pero luego asomó el sol e imponente figuró el Plomo. Luego de 5 horas de camino llegamos a Federación con un caballo, un perro y un integrante del grupo "apunados".




Luego de nuestra primera noche a 4.050 msnm (aprox.) para aclimatar, el plan del día viernes 7 de enero fue subir a la Hoya a entrenar el uso de crampones y piolet (los "seguros de vida" en cerros como El Plomo) para quienes no los habíamos usado nunca. Fue muy buen entrenamiento y buen ejercicio del humor para ese día.







Sábado 8 de enero de 2011 a las 03:33 horas, comenzamos a subir desde Federación hacia Agostini, el primer punto de descanso camino a la cumbre. Hacía frío (-6°C), pero no había viento; con lo cual, el ascenso fue agradable, aunque agotador.


Con el sol del amanecer, aparte de tener una panorámica de las cumbres en casi 360°, pudimos caminar con paso más firme luego de Agostini. En el refugio, nos reconocieron como "Malayos". Sí, ¡Malayos, hay en todas partes!




Y !la foto cumbre! ...porque esta es la cumbre del Plomo, a 5.440 msnm, la cual conquistamos a las 13:30 del sábado 8 de enero de 2011. ¡Qué orgullo, gracias Edgardo y Eliana! Felipe, Gabriela y Francisco, hicieron cumbre una hora y media antes que nosotros.

Luego hubo que bajar raudamente, pues unas nubes amenazaban el descenso y nos propusimos cruzar el glaciar antes de que se cubriera. En la bajada, tomamos mucho tiempo, pues con la lluvia y el granizo que nos acompañaron, el terreno se tornó bastante peligroso. Había que ser cuidadosos.

Y el grupo volvió a constituirse en Federación. Brindamos con un buen "cabernet sauvignon" y un "turrón".

Luego de una noche más, el día 9 de enero comenzamos el descenso a la ciudad, con el corazón henchido y muy contentos, porque los seis hicimos cumbre.




Imágenes de nuestro "arriero" y de la llegada a La Parva.



Vuelvo a reiterar mi más sincera gratitud a cada uno y cada una del grupo y, también, a Gustavo Concha, con quien organizamos inicialmente este viaje. No pudiste "Gusta" subir con nosotros, pero te llevamos en un bolsillo de nuestro equipaje, pues estuviste presente en cada detalle. Desde ahora con orgullo podré sacarme las fotos desde el Pintor, con el Plomo en la espalda, diciendo ¡yo también lo subí!

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